REVOLUCIÓN literaria

crítica y literatura

domingo, 31 de octubre de 2010

La última esperanza.

Escuchaba una declaración del escritor mexicano Carlos Fuentes, donde exigía que los jóvenes debieran ser los que empujaran al país rumbo al progreso. Pero ¿desde cuándo se espera eso? La generación actual tiene tanto pros como contras y que la cantidad de contras, contrarrestan la balanza a su favor desestabilizando la esperanza de la generación venidera para sacar adelante al país y para olvidarnos de las siempre famosas vías de desarrollo.

Uno de los pros es que la generación actual es muy numerosa, aparte comparándola a nivel de estudios con la de hace cien años, México está en completa evolución y desarrollo gracias a las universidades y a los jóvenes que estudian. Aquí empezarían a surgir los grandes problemas y es que entre los que estudian se están perdiendo los ideales por los que el joven debería seguir siendo un irreverente y revolucionario con hambre de cambiarlo todo. Tal vez el único pro a su favor, con esto, es que es numerosa pero sus contras se los llevan de filo y aquí surgen más:

- Se le catalogó a un grupo de jóvenes como la generación “Niní”, que son un gran porcentaje de personas que ni estudian, ni trabajan y se convierten en un gran anzuelo para la narcoviolencia que azota al país.
- Existen nuevas tecnologías que sodomizan a las masas, como la televisión, el internet, los videojuegos y en ellos, las redes sociales, contenidos basura con modismos y extranjerismos diversos que destruyen la identidad de la nación, las redes sociales que mantienen a la persona que interactúa en una especie de juego en el que unos intentan ser más populares que otros a por medio de notificaciones, amigos agregados y/o personas con las que se convive.
- Se es uno de los países con mayor número de obesos y esto perjudica en el aspecto de que la obesidad alimenta a la gula, la gula a la flojera, la flojera a los medios como el televisor, los videojuegos o la computadora.

Todo esto se convierte en la cadena de los contras que matan lo que muere al último y si la experiencia del país (o sea la gente madura) no apoya en unión a la juventud eso también morirá que sería la última esperanza.