UNA PEQUEÑA CRÓNICA PARA EL CRONISTA MÁS GRANDE.

Mientras desahogaba mi atención en el televisor, prestando toda mi atención al mundial de futbol que se juega en Sudáfrica, una voz me dijo:
-¿Monsiváis era escritor?
A lo que completé.
-¡Es!
La voz de mi abuela (que fue la que me dio la noticia) me corrigió:
-Era, ya falleció.
En ese momento recordé el comentario de un amigo, que hace unas semanas evocaba al periodista mexicano, tras informarse en los medios de su salud inestable, y la hospitalización por la que todos volvieron la cabeza a mirarlo. Pareciera que la televisión y hasta los jugadores detuvieron el juego, yo veía eso mientras en Sudáfrica solo se paró la bola por una falta en el medio campo. Mi atención, en su totalidad, cambió de terreno de concentración; Monsiváis, el señor crónica, el hombre crítica del México actual, la guía del periodismo, la narrativa del suceso, la voz de la palabra, LA VOZ DE TODOS.
Pronto internet y su velocidad de megabytes y bandas anchas lo tenía en todos sus desplegados. Como lo fue en vida, también lo hizo en muerte: robó miradas, acaparó la atención en una sucesión de hechos contada minuto a minuto, como él era. COMO SÓLO ÉL LO SABÍA HACER.

DESCANSA EN PAZ, CARLOS MONSIVÁIS. 19 DE junio de 2010. LA CRÓNICA DE MÉXICO.
“Yo no estoy en la calle, porque me invitaron a este programa a opinar, sino yo estuviera ahí”
Carlos Monsiváis en Discutamos México.