La inmortalidad de las palabras de Neruda.

No cabe duda, a pesar de haber perdido el texto de Octavio Paz, El Arco y la Lira, en  donde se hace referencia de las lenguas romances, y lo mejor; la magia de éstas para jugar con diferentes textos, aún recuerdo  como si estuviera leyendo el libro, esa definición que el escritor mexicano hace sobre la poesía: (Cito, no literal, sino que lo hago basándome de lo que recuerdo).
"La poesía es un ente vivo, en ella, un hombre, deja un poco de su esencia y de acuerdo a las palabras y la trascendencia del texto, la hace inmortal... Esa inmortalidad queda enmarcada por medio de las letras que el poeta plasma sobre una hoja, quizá esas letras no las vuelva a leer ese poeta durante su vida, pero, la inmortalidad de la poesía llega más allá, es el ente que cruza barreras del tiempo, y muchos años después, un lector que descubre las letras del poeta que vivió hace siglos, años quizá, al momento de releer el texto, le da vida al sentimiento, a las letras, a la lírica de aquel escritor que en algún momento le dio vida a las ideas que sintió en un momento determinado, y que esas ideas marcaron los pensamientos del nuevo lector, quien al darle lectura al texto, le da vida a la poesía que se cubre de gloria y de vida eterna, y que muere y revive cada que un lector la vuelve a leer".
Según Paz, a lo largo del tiempo, la literatura se ha plasmado de diversas maneras, y se ha mantenido a lo largo del tiempo, evolucionando junto con el hombre mismo. La propia literatura se subdivide en Lírica, épica y dramática, y con esta división, de acuerdo al tratamiento que le da el escritor, alcanza la trascendencia, sin necesidad de que sea leída por toda la humanidad, con el simple hecho de resucitar el algún momento, con la lectura de una persona años después de haber sido escrita, al lograrse dicho cometido, la literatura en general, basándose en la poesía, alcanza la inmortalidad.
Toda esta reflexión, la desahogo, debido a que los últimos días del 2011 y los primeros del 2012, me he encontrado con letras de diversos poetas, abajo de esta publicación se encuentra un soneto de Neruda, que al momento de leerlo, vivimos un acto de amor, y un acto sexual (Más que sexual, es de hacer el amor) el cual, el poeta chileno, sintió y lo plasmó en una libreta, en la que quizá sólo él leía y que ahora, con nuestro sentimiento, con nuestra lectura, la haremos eterna e inmortal, despertaremos esa sensación que motivó a Neruda en nuestra piel y en nuestra alma, y haremos en nuestra mente y en nuestro amor, ese amor que inspiro a Neruda, para hacerle el amor a una mujer, con estas letras. Con estas palabras.