REVOLUCIÓN literaria

crítica y literatura

viernes, 25 de mayo de 2012

El Prisma

Se abre el prisma para que nazca la vida.
Se abre y nace en el horizonte,
camina y recorre el viento.

El viento lo lleva de sus manos, 
el viento lo mueve y mueve la tierra,
el prisma camina, se abre y se cierra.

Con garras, colmillos y gruñidos, 
el viento sueña y vuela, 
el viento mueve la ira;
el viento desplaza su vida.

El prisma que resplandece,
el prisma que brilla, 
el prisma que ilumina;
el prima hermoso.

Tan hermoso que mira; el prisma mira. 
El prisma llueve, 
el prisma adula.

Todo tiene un color, 
el prisma también lo tiene y no se puede definir.
¿Quién dijo que el verde es verde y no café?
¿Quién dijo qué color es el café?
Lo único en lo que todos coinciden
es que el prisma resplandece.

Por las noches el prisma vive, 
el prisma brilla y a la luz de la luna;
el prisma ilumina.

Y justo a la media noche: El prisma se oculta.
Antes de esconderse: el prisma ama.
Y al momento de amar: El prisma vive y tiene un color.

En ese momento el prisma crea un arcoíris y nace la vida.
El prisma parece café, 
el prisma sabe a miel.
El prisma es claro. 
El prisma es hermoso.

Y después de amar; el prisma duerme.
Para que al día siguiente,
el prisma se abra,
para que así:
Nazca a la vida.

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